Esta vez me voy hacia el mar, hacia el mar, hacia el mar adentro.

lunes, 25 de julio de 2011

hasta mañana..



Y lo que más detesto de todas estas tardes ha sido este último pensamiento que se lleva el crepúsculo como si nada valiera la pena, las horas de trabajo, las horas de espera, las horas de soledad y de ausencia que he tenido sin poder coincidir con nada, ni con el sueño de sosiego. Paseándome entre las redes de mis pensamientos hundiéndome en cosas que siempre he querido y nunca he podido decir, porque a veces cerrar los ojos y pensar que todo puede ir mejor, porque tenerlos abiertos y ver que nada se asoma para echar una mano es mucho pedir, y todas las tardes llega este pensamiento de que aunque sepa muy bien todo lo que sucede, no termino de encontrar la razón de estar así, me sigo quedando con un inmenso ¿POR QUE? Entre las manos que me confunde más de la cuenta, porque esta isla que muchas veces me queda pequeña no la merezco yo solo… no quiere decir que vaya a estar recordando y andar suplicando una ayuda necesaria, pero hay veces que el orgullo y el honor termina absorbiéndote las últimas palabras que puedas decir, porque a estas alturas de la vida entiendes que hay cosas que se tienen que pedir y hay otras que solo si te nace las puedes dar. Y por eso detesto esta tarde, como muchas otras en las que tengo que deshacerme de lo que tengo dentro escribiéndolo, porque mañana será otro día y será otro día que no será para mí, será otro día para entregarlo, y otro día que esperare a que mi oportunidad llegue, rezando de que cuando este sea, no vaya a ser muy tarde, porque todos los días uno lee, escucha y ve frases que te recuerdan un pedacito de esta aventura… y la que suelo repetirme justo cuando estoy listo para rendirme es “Más dura la batalla, Más dulce la victoria”






Hasta mañana…

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